lunes, 10 de febrero de 2014

De excursión por Dubai: El otro Dubai 2-2

Señales del otro lado
Nos habíamos quedado, si mal no recuerdo, en el otro lado de la orilla, allí dejamos atrás a las barcas choconas y nos pusimos manos a la obra para llegar a los dos zocos importantes, el del oro y el de las especias.

Sales a un calle en la que tienes un paso inferior para cruzar una calle de un ancho relativamente razonable, pero como el semáforo está preparado para Asafa Powell pues a veces compensa cruzar por arriba y otras compensa hacerlo por el paso al ritmo que quieras, eso si, no está pensado para sillas de ruedas ni nada por el estilo, ni una sola rampa allí.


Uno de los miles de millones de puestos
Te pones a caminar tranquilamente por las calles adyacentes y alcanzas el llamado zoco de las especias donde los vendedores casi te bombardean con sus productos y sus ansias de que compres algo, en especial el azafrán, que lo tienen en todos y cada uno de los escaparates de las tiendas. 
Los olores se mezclan y te entran invadiéndote y llenándote la ropa de esencias.
Vista del patio de la escuela y a la izquierda la torre de viento



Después de un rato de cotillear por tiendas, nos pusimos a callejear para localizar el mercado del oro, pero antes tuvimos tiempo de meternos en una de las primeras escuelas del emirato de Dubai, allí me enseñaron la utilidad de las torres de viento, que me recordó poderosamente a las trampas de viento de Dune, al tener un concepto similar, la idea es recoger el viento, impulsándolo hacia el interior de la vivienda, para refrescarla en los duros meses entre mayo y octubre.
Zoco del oro, en una calle que parece que no pueda tener nada de oro alli
Una vez terminada la lección en la escuela ya pudimos irnos hacia el mercado del oro, que no deja de ser como el de las especias pero con miles de tiendas donde te venden cadenetas de oro al puro estilo Camela o anillos enormes como el anillo más grande del mundo, digno del mismísimo ZEUS.
La entrada al zoco es una estructura de madera que no te hace presagiar lo que tienes dentro, pero sabes que hay algo allí cuando ves a los millones de inglesitos con su piel rosita y quemaditos del sol paseando con bolsas y moviéndose presurosos hasta alcanzar su objetivo.

Anillaco
También sabes que está cerca el anillo más grande del mundo por la cantidad de cámaras de fotos que comienzan a salir de las bolsas y que sacan fotos a rabiar contra un escaparate, la verdad es que no impresiona gran cosa, será que a mi el oro me da un poco igual, pero bueno, pongo la foto por si hay alguien al que le puedan interesar esas cosas.



Ya nos decidimos a volver y emprendimos la marcha hacia el zoco de las especias, nuevo paseo en las barcas choconas y vista de algo realmente impresionante, una motocicleta ambulancia, algo que creo que sólo se puede dar en un lugar como éste, donde las calles son enrevesados laberintos con miles de salidas y entradas y un perpetuo atasco, sobretodo a la salida de las mezquitas.

Y así termina nuestra primera visita al Dubai antiguo, o más viejo, o tradicional.

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